Estoy aquí principalmente para disfrutar

Ven a París, en agosto de 2021, cuando la Ciudad de las Luces todavía estaba vacía de turistas y la sed de placeres largamente esperados se apoderaba de quienes deambulaban por sus calles.

Después de que la ciudad de Nueva York se vaciara en marzo de 2020, Glynnis MacNicol, de cuarenta y seis años, soltera y sin hijos, pasó dieciséis meses sola en su pequeño apartamento de Manhattan. El aislamiento fue un castigo. Un año sin contacto.

A las mujeres se les advierte de la invisibilidad a medida que envejecen, pero esta era una soledad extrema para la que nadie puede prepararlas. Cuando surgió la oportunidad de subarrendar el apartamento de una amiga en París, MacNicol la aprovechó. Irse parecía menos un riesgo que una necesidad.

Lo que sigue es un viaje decadente, alegre e inesperado en la búsqueda del disfrute radical por parte de una mujer.

Las semanas en París están llenas de amistad, comida y sexo. Hay baile en el Sena; una plétora de queso pegajoso; paseos en bicicleta a medianoche por el París vacío; hombres guapos; tardes deambulando por el Louvre vacío; natación nocturna en el océano frente a una isla francesa. Y sí, un montón de

desnudez.