La última vez que mentí
La última vez que mentí
Dos verdades y una mentira. Vivian, Natalie, Allison y Emma jugaban a este juego todo el tiempo en su cabaña del Campamento Nightingale. Pero los juegos terminaron la noche en que Emma, soñolienta, vio a los demás escabullirse en la oscuridad. Lo último que ella (o cualquier otra persona) vio de los adolescentes fue a Vivian cerrando la puerta de la cabaña detrás de ella y haciendo callar a Emma con un dedo sobre sus labios...
Quince años después, Emma es una estrella en ascenso en la escena artística de Nueva York y plasma su pasado en pinturas: enormes lienzos llenos de hojas oscuras y ramas retorcidas sobre formas fantasmales con vestidos blancos. Cuando las pinturas llaman la atención de la adinerada dueña del Campamento Nightingale, le implora a Emma que regrese al campamento recién reabierto como instructora de pintura.
A pesar de su culpa y ansiedad (o tal vez debido a ellas), Emma acepta revivir su pasado. Nightingale luce igual que hace tantos años, embrujado por un lago oscuro como la medianoche y rostros familiares. Emma incluso es asignada a la misma cabaña en la que dormía cuando era adolescente, aunque la cámara de seguridad que apunta a su puerta es una nueva y perturbadora adición.
A medida que aparecen pistas crípticas sobre los orígenes del campamento, Emma intenta averiguar qué les pasó realmente a sus amigos. Pero su cierre podría tener un precio mortal.