La mantuvimos en el sótano

Eunice vive su vida según tres reglas simples: una, referirse siempre a Cenicienta como si fuera su familia. Dos, nunca dejar que Cenicienta tenga acceso a ratas o ratones. Tres, nunca mirar a Cenicienta entre las doce y las tres de la mañana.

Cenicienta tiene poderes oscuros y aterradores. Como su hermanastra, Eunice debe cuidarla y guardar el secreto de la familia. Durante años, Eunice lo ha hecho fielmente. Su infancia pasó volando entre pesadillas, lágrimas y encuentros con el monstruo que vive en el sótano. Pero cuando se hace amiga del apuesto príncipe Credence y consigue una invitación al baile, Eunice está decidida a liberarse.

Cuando su hermana menor, Hortense, se hace cargo de Cenicienta, Eunice aprovecha la oportunidad para bailar toda la noche, hasta que Cenicienta escapa. Con sus poderes sobrenaturales, Cenicienta asiste al baile y enamora al príncipe Credence, dejando tras de sí un rastro de destrucción y una única zapatilla de cristal verde.

Con Cenicienta desatada, Eunice debe determinar cuánto de sí misma está dispuesta a sacrificar para detener a Cenicienta.